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Si pasas siquiera un rato en compañía de gente a quien le interesa el movimiento del nuevo pensamiento, oirás la frase “todo es energía”. Para comprender lo que esto significa y cómo afecta a nuestras vidas, echemos un vistazo primero a la ciencia tras este concepto. La Física tradicional fue creada por Isaac Newton y otros a finales del siglo XVII. Estos científicos pioneros hicieron un excelente trabajo a la hora de describir cómo funciona el mundo según leyes fijas que lo explican todo, desde las manzanas que caen de los árboles hasta el movimiento de las galaxias en el espacio. Las unidades estructurales básicas de este universo mecanicista se denominaron átomos, y se percibían como bolas densas de materia. Según se fueron haciendo más sofisticados los aparatos de medición, quedó claro que los átomos no eran objetos sólidos, sino que de hecho eran minúsculos sistemas solares con electrones que orbitan un núcleo central. Este es el modelo que casi todos aprendimos en la escuela, pero cuando realmente se mira muy de cerca un átomo, se descubre que este pequeño sistema solar está compuesto casi exclusivamente por ESPACIO VACÍO.
Eso es: los átomos que componen todo en nuestro universo apenas tienen masa; son en un 99.999999% espacio vacío. Piensa en ello por un momento. Seguramente se trate del dato más alucinante que vayas a aprender jamás. Para darte una idea del alcance de ello, si un átomo tuviese el tamaño de un estadio de fútbol gigante, entonces el núcleo, que es su masa, ¡sería del tamaño de una manzana! Los electrones que “orbitan” alrededor de este pequeño núcleo serían el equivalente de motas de polvo flotando en el aire. Todo lo demás sería espacio vacío. Si esto es cierto (¡y lo es!), entonces, ¿por qué las cosas en el mundo material parecen tan reales? Si un muro está compuesto de espacio vacío sin apenas masa física, entonces, ¿por qué no puedo atravesarlo con mi mano? El motivo es que todo ese espacio “vacío” dentro de cada átomo está, de hecho, lleno de ENERGÍA. Esta energía subatómica está siempre vibrando, lo que causa un poderoso efecto giratorio – algo así como pequeños tornados. Por eso las cosas son sólidas al tacto y no puedes atravesar un muro con tu mano: porque las vibraciones energéticas de los átomos del muro se resisten ante las vibraciones energéticas de los átomos en tu mano.
De acuerdo, entonces eso explica (más o menos) por qué las cosas en el mundo material parecen sólidas, pero, ¿por qué se ven sólidas a la vista también? Si los átomos de una flor no tienen masa material, entonces, ¿por qué es tan hermosa? Esto se debe a que la ENERGÍA en los átomos contiene INFORMACIÓN codificada en sus vibraciones. Piénsalo así: Cuando ves un vídeo en tu teléfono, te llega a través de ondas invisibles de energía. Esas ondas llevan información digital y tu teléfono es capaz de interpretar esa información y mostrártela en forma de vídeo. Esto es similar a lo que ocurre cuando miras una flor, pero a un nivel mucho más profundo. En realidad, estás mirando el espacio vacío (invisible) de los átomos de la flor. Pero tu cerebro es como el teléfono, aunque infinitamente más complejo. Puede interpretar la información que está dentro de los átomos de la flor y “mostrarte” la información en forma física. La flor está hecha de espacio “vacío”, pero tu cerebro interpreta la información codificada en ese espacio como la belleza que puedes ver.
Lo que nos dice la ciencia es que a nivel cuántico todo es energía, y que nuestra percepción – nuestra conciencia – es lo que convierte esa energía en realidad física. Esto significa que tenemos el poder de transformar nuestras vidas utilizando nuestra conciencia para “cambiar la energía”. Nuestra capacidad para hacerlo viene a través de nuestros pensamientos y sentimientos, que crean vibraciones que afectan a nuestra experiencia de la realidad. Un excelente ejemplo de esto es la conexión mente-cuerpo, que muestra cómo nuestras percepciones crean respuestas físicas sorprendentes en nuestros cuerpos. Todos nuestros pensamientos y emociones envían mensajes directamente al ADN de nuestras células, instruyéndole para que haga cambios en nuestra química corporal. Los sentimientos y creencias positivas envían mensajes que ayudan a crear salud y bienestar, mientras los negativos hacen lo contrario. Estos descubrimientos científicos punteros nos están llevando a una mayor comprensión sobre por qué y cómo las vibraciones de lo que pensamos y sentimos son tan importantes. Cada momento nos presenta la oportunidad de dar forma a nuestra propia realidad y, cuando elegimos llenar nuestra conciencia de sentimientos positivos, nuestras vidas se convierten en un hermoso reflejo de nuestro potencial más elevado.