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Reflexiones sobre el Covid-19

Por Jerry Brownstein

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Publicado en Ibicasa Magazine el 31/08/2020 Sharing Link

El virus Covid-19 se nos vino encima como un tsunami a cámara lenta. En enero 2020 empezamos a escuchar noticias sobre un virus preocupante en la ciudad china de Wuhan. Lo veíamos venir desde lejos pero había poco miedo. En años pasados habíamos visto pasar de largo sin efectos notables otras supuestamente mortales pandemias, como el SARS, el MERS o la Gripe Aviar, así que esta parecía ser una situación similar. Pero para mediados de febrero, este tsunami pintaba mucho más peligroso, al irse confinando Italia. Para principios de marzo, la ola era claramente visible, pero la mayoría de la gente sentíamos aún que se trataría tan solo de un evento menor... y, de repente, llegó. Sin apenas previo aviso, se nos dijo que debíamos permanecer en nuestros hogares hasta nueva orden. El tsunami se había llevado por delante nuestra tan valorada libertad de movimiento, y todos nos habíamos convertido sin quererlo en personajes de una extraña película catastrófica. Hay muchos interrogantes en torno a esta situación; algunos han sido respondidos y otros permanecen abiertos a la especulación.


Todos nos habíamos convertido en personajes de una extraña película de desastres

De dónde vino:
El virus empezó en la ciudad de Wuhan, China, pero no está claro cómo se originó ni cómo se extendió. El gobierno chino afirma que surgió de forma natural a partir de murciélagos silvestres, y que fue transmitido a humanos en el mercado de marisco de Wuhan. Sin embargo, hay pruebas de peso que indican que esto podría no ser cierto. Existe un enorme laboratorio biológico de virología en Wuhan que experimenta con combinaciones de virus. Llevaban varios años trabajando en la manipulación de virus animales para que pudiesen infectar a humanos (esto se llama ‘ganancia de función’). Esta investigación se llevaba a cabo supuestamente para poder desarrollar formas de luchar contra estos tipos de virus. Se especula con que este laboratorio creara el Covid-19 modificando un virus de murciélago para hacerlo infeccioso en humanos. Este virus artificial entonces habría infectado accidentalmente a alguien del laboratorio, dando lugar al origen de la pandemia. Algunos científicos disputan esta suposición diciendo que el virus no parece fabricado... pero otros dicen que sí podría serlo.


Nuestra respuesta ante el Virus:
Los gobiernos en España y por doquier se enfretaban a una situación muy difícil, sin una referencia previa que les guiara. La mayoría escuchó el consejo de científicos y optaron por algún formato de confinamiento, aunque no había tampoco pruebas fehacientes de que esta fuese la mejor solución. Así que, en realidad, somos parte de un enorme experimento para ver si esta es la manera correcta de gestionar la situación. Es justo decir que nuestro gobierno lo hizo todo lo bien que se podía esperar, en unas circunstancias tan duras. También es justo decir que algunas de las acciones realizadas no fueron del todo lógicas.


El confinamiento original fue un “café para todos”. Ya vivieras en la abarrotada Madrid, donde el virus se había extendido con rapidez, o en medio del campo en una isla sin apenas infecciones, todos nos vimos sometidos a las mismas muy estrictas normas. Aquí en Ibiza, no tenía ningún sentido enviar drones para localizar y arrestar a una persona sola paseando a su perro en una playa desierta. De nuevo, es importante recordar que el gobierno estaba bajo enorme estrés y que estaban trabajando muy duro para comprender una situación sin precedentes. Siguieron el “Principio de Precaución” por seguridad, pero la falta de lógica de algunas normas era frustrante. Según fue controlándose el virus, las normas fueron modificándose, y el gobierno hizo bien en aligerar las restricciones en lugares como Ibiza, donde había un riesgo mínimo.

¿Fue el encierro una respuesta proporcional al nivel de peligro mortal?

Lo que hemos aprendido:
Se trata de un virus que se extiende con mayor facilidad que otros, así que el peligro de infección es alto. La gente de mayor edad en residencias y otras personas con problemas de salud anteriores corren mayor riesgo de enfermar con gravedad o incluso morir. Sin embargo, la mayoría de las personas con un sistema inmune fuerte tan solo sufren síntomas menores. Una lección a futuro debe ser proteger de forma inmediata a quienes realmente están en riesgo, pero tal vez no sea necesario un confinamiento radical de toda la población, con sus graves consecuencias económicas y psicológicas. Se podría permitir que las personas sanas sigan viviendo su vida, siguiendo precauciones sensatas: llevar una mascarilla en lugares interiores abarrotados, mantener las distancias, lavarse las manos regularmente y hacer una auto-cuarentena si se contagian. Suecia no confinó a la población, sino que confió en que la gente seguiría unas guías de seguridad, y sus cifras de infección y mortandad son muy similares a las de los países europeos que fueron confinados.

Otra lección es estar mejor preparados, con equipos de protección personal y pruebas fidedignas. No sabemos cuánta gente ha sufrido esta enfermedad en realidad, porque la mayoría de personas sanas con síntomas leves nunca fueron testadas. El número real de casos podría ser hasta diez veces mayor de lo que se ha informado, lo cual también significa que la tasa de mortandad entre las personas contagiadas es mucho menor. Parece que están por llegar varios tipos de tests rápidos, incluyendo algunos que puedes realizar en casa.


¿Qué nos deparará el futuro?
Tras tres meses de confinamiento y restricciones, Ibiza estaba prácticamente libre de Covid-19 a mediados de junio, pero había presión para permitir algo de turismo que aliviara a la economía. Así que hubo que tomar la decisión sobre si permitir que viniesen los turistas y, en tal caso, bajo qué procedimiento. Los expertos en salud dijeron que la única forma segura de permitir que viniera gente de fuera era hacerles un test antes de llegar. La alternativa era permitir que viniera gente sin ese testeo previo. El gobierno eligió la segunda opción y, claro, inmediatamente empezaron a verse nuevos casos de Covid-19. Si hubiesen decidido hacer tests previos, aún tendríamos una isla libre del virus. Esta habría sido una forma excelente de atraer a nuevos turistas: “¡Venid a Ibiza, donde estaréis a salvo del Covid-19!” No hubiese sido un turismo masivo, pero sí un turismo seguro. En lugar de esto, llegaron nuevos casos que llevaron a la obligatoriedad de las mascarillas, incluso caminando por la calle. Así que nuestra campaña se convirtió en: “¡Ven a Ibiza, donde tendrás que llevar mascarilla a todas horas!”


Claramente es un reto compaginar las necesidades por motivos de salud, de libertad personal y económicos. La solución es que el virus esté bajo control, y una de las maneras sería con una vacuna efectiva, pero eso no resulta tan sencillo. Científicos de todo el mundo están trabajando en ella, pero no siempre es posible crear una que sea a la vez efectiva y segura. Otra alternativa es encontrar maneras de tratar el virus, reduciendo los síntomas y permitiendo que la gente se recupere con rapidez. Esto está evolucionando, al aprender los médicos mejores formas de manejar la pérdida de oxígeno, sin tener que recurrir a la solución drástica que son los ventiladores. Además, se están testando nuevos medicamentos y otros ya existentes para ver si son útiles contra el Covid-19. Nuestra Policlínica Nuestra Señora del Rosario utilizó terapia de ozono de forma muy efectiva para combatir el virus, y han compartido ese conocimiento con otros centros médicos avanzados del mundo. Tal vez lo más importante que podamos hacer a nivel individual es mantener la perspectiva sobre la situación. De uno u otro modo, encontraremos una solución, pues no podemos dejar que esta “nueva normalidad” se convierta en nuestra nueva realidad. 


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