En abril de 2023 comenzó a funcionar en Finlandia el primer reactor nuclear nuevo de Europa Occidental en más de 15 años. Olkiluoto 3 es el reactor más potente de Europa, y su objetivo es hacer más autosuficiente y segura la red eléctrica del país. Ya produce cerca del 15% de la electricidad de Finlandia, y está construido para seguir en funcionamiento durante más de 60 años. La empresa operadora declaró: "Se trata de una importante adición a la producción nacional limpia que estabilizará el precio de la electricidad y desempeñará un papel importante en la transición ecológica de Finlandia". El país cuenta ahora con cinco reactores nucleares situados en el mar Báltico, y juntos suministran más del 40% de la electricidad nacional.  

 Este nuevo reactor es un buen ejemplo de la avanzada tecnología que hace que las centrales nucleares modernas sean mucho más seguras que sus predecesoras. Gracias a estas mejoras, los temores que comenzaron con el accidente de Chernóbil en 1986 se han disipado y varios países europeos están invirtiendo en energía nuclear moderna y limpia. Francia planea construir al menos seis nuevos reactores, posiblemente hasta 14, y el Reino Unido quiere reducir su dependencia del petróleo y el gas construyendo ocho nuevos reactores nucleares, invirtiendo lo que describe como "décadas de inversión insuficiente".
 
 Finlandia también quiere aumentar su producción de energía nuclear, y su primer ministro ha dicho que la energía nuclear debe ser "la piedra angular de la política energética del gobierno".  Para alcanzar este objetivo se han unido a otros diez países para formar la Alianza por la Energía Nuclear en Europa. Esta iniciativa se inspira en Francia, que es desde hace tiempo el líder europeo en energía nuclear. Todos los países han firmado una declaración en la que afirman que "la energía nuclear debe ser reconocida como una de las muchas herramientas para alcanzar nuestros objetivos climáticos, generar electricidad fiable y garantizar la seguridad del suministro". El grupo está formado por Francia, Países Bajos, Bulgaria, Croacia, Finlandia, República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Su objetivo es fomentar la investigación, la innovación y la uniformidad de las normas de seguridad, además de estudiar cómo la cooperación podría conducir a la construcción de más reactores.