En 2006, la NASA lanzó una compleja misión espacial para ofrecer a los humanos nuestra primera visión completa del Sol en perspectiva ya que antes de esta misión sólo podíamos observar un lado del Sol a la vez. La misión ha logrado su objetivo inicial y ahora también está aportando información importante sobre cómo afecta el Sol a la Tierra. 

La misión comenzó con la puesta en órbita alrededor del Sol de una nave espacial llamada STEREO-A (por “Ahead”; Adelante), a la que siguió el lanzamiento de su compañera STEREO-B (por “Behind”; Detrás). El uso conjunto de estos dos vehículos permitiría obtener una visión tridimensional del Sol. En 2011, la doble misión espacial logró su objetivo al proporcionar la primera vista estereoscópica de nuestra estrella más cercana. “A” y “B” alcanzaron por fin una separación de 180 grados en sus órbitas y, por primera vez, la humanidad vio nuestro Sol como una esfera completa.

En 2023 STEREO-A se acercó a la Tierra por primera vez desde su lanzamiento 17 años antes, y los científicos están aprovechando esa oportunidad para estudiar las erupciones solares. Estas expulsiones de masa solar suelen ser inofensivas, pero a veces pueden perturbar las señales de satélite y radio, o incluso provocar subidas de tensión en nuestras redes eléctricas; además hay pruebas de que estas potentes erupciones son una causa importante del cambio climático en la Tierra. Durante el tiempo que STEREO-A esté cerca de la Tierra, las erupciones solares que pasen por encima de él proporcionarán a los científicos mediciones muy necesarias desde el interior de la erupción. Esto les permitirá construir modelos capaces de predecir el comportamiento y las consecuencias de futuras erupciones solares.