El reciclaje de vidrio es una manera simple y efectiva de hacer una contribución beneficiosa para preservar nuestro medio ambiente. Una botella de vidrio que se envía a un vertedero puede tardar hasta un millón de años en descomponerse. En cambio, una botella reciclada puede aparecer en una estantería de tienda como parte de un nuevo contenedor de vidrio en tan sólo 30 días después de salir de tu casa. Según estimaciones de la industria, aproximadamente el 80% de todo el vidrio reciclado termina en nuevos envases de vidrio. Además, los envases de vidrio son 100% reciclables, lo que significa que se pueden reciclar repetidamente, una y otra vez, sin pérdida de calidad en el vidrio.

El reciclaje de vidrio también ahorra energía y conserva los recursos naturales. El vidrio nuevo se fabrica calentando arena y otras sustancias a una temperatura de 1.400 grados Celsius, lo que requiere mucha energía. El primer paso en el reciclaje de vidrio es triturarlo en pequeños trozos antes de fundirlo. Esto usa un 40% menos de energía que la fabricación de vidrio nuevo, ya que el vidrio triturado se derrite a una temperatura mucho más baja. Además, cada 1.000 kg de vidrio que se reciclan ahorran más de 1.000 kg de las materias primas necesarias para crear vidrio nuevo: arena, sosa y piedra caliza. Conocer todos estos hechos debería ayudanos a sentirnos realmente bien cuando llevemos tus envases de vidrio al punto de reciclaje.