EDICIÓN: Junio - Agosto 2017

El poder sanador del mar

Por Ruth Osborn
Sin agua, no hay vida. Más del 70% de nuestro planeta está compuesto de agua, y el cuerpo humano es agua en más de un 60%. El agua es esencial para nuestra existencia misma, pero también es un factor extremadamente importante para nuestra salud y bienestar. Pasamos gran parte de nuestro tiempo de ocio en el agua o cerca de ella... junto al mar, un lago o un río. La mayoría de la gente disfruta mucho y realiza un ejercicio valioso con la práctica de deportes acuáticos como la natación, el surf, el buceo, la navegación o el paddle-surf. Ir al mar es refrescante y también relajante... e incluso los azules irisados del mar se asocian en todo el mundo con la calma.

La importancia del agua en la sanación y la relajación puede apreciarse en todas las cultura a lo largo de los tiempos. En tiempos romanos, los baños eran parte importante de la vida cultural, pues allí la gente se relajaba y conectaba socialmente, además de depurarse. Similares a ellos son los hammams del Oriente Medio y norte de África, las fuentes termales japonesas o las aguas sanadoras del Mar Muerto en Israel. El agua también ha jugado su papel en la espiritualidad, como símbolo de renacimiento, limpieza y salvación. En las medicinas tradicionales ayurvedas y chinas, el agua es la clave para equilibrar el cuerpo y crear armonía física. Nuestras mentes sobre-estresadas y sobre-estimuladas del siglo XXI también pueden encontrar alivio, sanación y tranquilidad estando junto al mar.



¿Qué tiene el agua, que te hace sentir más relajado y refrescado cuando estás en la costa, cerca de una cascada o incluso después de la ducha? Una teoría es que su proximidad o la inmersión en el agua cambia la frecuencia de nuestras ondas cerebrales, transformándolas de ondas energéticas más altas a otras más bajas y relajadas. Es un poco como cambiar el dial de tu radio, del rock a una cadena de música clásica. El cerebro humano crea energía eléctrica en forma de ondas cerebrales beta, alpha, theta y delta. Las ondas beta son tu estado normal, despierto... cuando tu cerebro se concentra en gestionar el mundo exterior. Las ondas alfa son más calmadas y relajadas: tu cerebro está alerta pero no necesariamente enfocado en un pensamiento en particular. Esto sucede cuando meditas o cuando descansas con los ojos cerrados. Las ondas theta son aún más relajadas: como la relajación profunda y somnolienta que sientes justo antes de dormirte. Y finalmente están las ondas delta, que están presentes cuando estás profundamente dormido o inconsciente. Estar junto al agua estimula un cambio de frecuencia cerebral hacia las ondas más meditativas, alfa y theta. En este estado más tranquilo, las puertas creativas de tu mente se abren. En lugar de buscar soluciones a los retos, permites que emerjan sin esfuerzo a la superficie de tu mente.

Otra explicación científica a la calma que sentimos cuando estamos en o junto al mar es la alta concentración de iones en estos lugares. A pesar de su nombre, los iones negativos son los que nos hacen más felices y saludables con su presencia. Los iones positivos son los que causan reacciones negativas emocional y físicamente. La concentración más elevada de iones negativos (los beneficiosos) junto al mar se da al separarse las moléculas de aire debido al movimiento del agua. Esto libera electrones, que se adhieren entonces a otras moléculas de aire, dándoles una carga negativa. Un efecto de ello es que, cuando los iones negativos alcanzan el torrente sanguíneo, ayudan a promover la producción del neurotransmisor serotonina, así como de otras ‘hormonas felices’. Estas elevan tu estado de ánimo, alivian la depresión, reducen el estrés e incrementan tu nivel de energía. Los iones negativos también están asociados con la potenciación de las relajantes ondas cerebrales theta, que ofrecen relajación, un incremento en el pensamiento creativo y sentimientos de felicidad.



Nuestras vidas modernas están llenas de una constante estimulación sensorial, así que estar en o cerca del mar es una forma estupenda de darle a tu cerebro la oportunidad de descansar. También existen varias terapias basadas en el agua que aumentan los efectos sanadores, relajantes, regenerativos y revigorizantes del mar. Las sesiones de masaje con agua te transportan a otro mundo, al mecerte y transportarte por el agua en un ballet de relajación. Los tanques de flotación ayudan a cambiar la frecuencia cerebral y te permiten relajarte hacia un estado alpha o theta. Está claro que en Ibiza tenemos la suerte de estar rodeados del maravilloso Mar Mediterráneo. Durante gran parte del año, es ideal para nadar, hacer snorkel, canoa, buceo con o sin bombonas, paddle-surf, surf, kite-surf o kayak. Incluso en invierno, puedes ir a pasear por la costa y sentir la libertad del mar. El agua es esencial para tu vida, tu salud y tu bienestar, así que aprovecha las preciosas aguas azules de Ibiza siempre que puedas. •