EDICIÓN: Abril - Junio 2015

LA REVOLUCIÓN DE LA EDUCACIÓN

Por Belén Köhler, Founder of Universal Mandala
Despertando al Conocimiento, la Confianza y la Compasión: El nuevo paradigma educativo.

El motivo principal por el que existen tantos problemas en el mundo es porque nuestro sistema educativo no muestra a los niños las partes más importantes y esenciales de la vida. Hablamos de cómo desarrollar: un corazón positivo que incluya a todos los demás seres vivos, el conocimiento de la naturaleza de su mente y potencial de ésta, y el entendimiento de la interconexión entre todas las cosas. A lo largo de las últimas décadas, todos los estudios que nos hablan de los beneficios de abordar de forma holística la educación infantil (mental, física, social, emocional y espiritual) apoyan la necesidad de un cambio en el “cómo” y en el “qué” enseñamos a los niños. Al incorporar estas áreas que faltan, profesores, padres, madres, y niños lograríamos un conocimiento más profundo de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Esto nos abre las puertas al  potencial de transformar todos los aspectos de la vida y hacer emerger un mundo mucho más pacífico, feliz y armonioso.



Es ahora el momento de centrarnos en lo que yo denomino «Una educación para despertar del Conocimiento, la Confianza y la Compasión». Hablo de adquirir el conocimiento que nos empodera para conectar con nuestros valores más profundos; de dejarnos guiar por nuestra sabiduría para que elijamos acciones más compasivas y generosas. Es durante los cinco primeros años de vida que el cerebro infantil está más abierto a “absorber”,  y cuando sus experiencias asientan los cimientos para toda su vida. Es especialmente importante durante estos años formativos enseñar a nuestros niños y niñas una forma positiva de vivir a través del uso de imágenes creativas y actividades “reales”. Este modelo educativo asume que tanto “naturaleza como entorno” juegan roles importantes en el desarrollo infantil. La combinación de la biología individual del niño, su entorno familiar y la sociedad en la que crece, darán forma al modo en que interactuará con el mundo.


 
Cultivar una respuesta más sabia y compasiva antes las múltiples experiencias que se nos van presentando es de máxima importancia a la hora de crear el tipo de comunidad y cultura que deseamos. Las investigaciones en neurociencia nos dicen que las “neuronas espejo”, localizadas en nuestros cerebros, nos ayudan a comprender y reflejar las intenciones y los comportamientos de las demás personas. Estas células son tan sensibles como para comprender las sutilezas tras las acciones de las personas. Esto nos ayuda a percibir los pensamientos, creencias y percepciones de otras personas, y a que ellas a su vez perciban los nuestros. Así que de algún modo todas las personas aprendemos unas de otras. Por tanto, cuanto más conscientes y atentos estemos a lo que estamos transmitiendo a través de nuestras acciones y elecciones, mayor será la influencia positiva que tendremos sobre nuestros propios hijos, nuestras comunidades y el mundo. Es a través de esta forma de educación y del entorno que los niños podrán desarrollar este tipo de actitud consciente. De particular importancia son los principales y más allegados cuidadores del niño y aquellas personas con quienes pasen mucho tiempo al día.



Padres, madres y educadores debemos prestar gran atención al desarrollo cognitivo de pensamientos y emociones de los niños. Nuestro mundo interior crea nuestro mundo exterior, así que incluso aunque hayamos nacido con ciertas predisposiciones, no debemos vernos limitados, restringidos o controlados por ellas. Albergamos el potencial del cambio. Recientes estudios neurocientíficos validan lo que practicantes de meditación y otras contemplaciones ya han conocido a lo largo de los tiempos: que el cerebro humano está en constante cambio y tiene el potencial de ser transformado de forma consciente. En otras palabras, podemos convertirnos en la persona que realmente queremos ser. Esto significa que es posible guiar a nuestros niños para que se conviertan en individuos conscientes, y, al hacerlo, crear un mundo más hermoso. Esta es la gran oportunidad que se nos presenta a través este nuevo concepto de educación.



Hemos encontrado las piezas que faltaban en el puzzle educativo: desarrollar un buen corazón que abarque a todos los seres, conocer la naturaleza y potencial de nuestras mentes e integrar el entendimiento de la interconexión de todas las cosas. Todos los seres humanos poseemos la habilidad de desarrollar nuestra sabiduría innata, nuestra sensibilidad ética y la comprensión hacia los demás, por lo que una educación sostenible y un desarrollo sano de los niños a través de estos caminos interconectados les guiará naturalmente hacia el despertar del conocimiento, la confianza y la compasión y les ayudará a crecer como individuos completos y convertirse en miembros responsables de la comunidad global. En pocas palabras: una educación para el corazón y la mente. Al unir estas piezas… ¡la magia sucede! Nuestra verdadera naturaleza humana realmente emergerá a partir de este nuevo paradigma educativo. Recordemos que la clave no es solo abordar los diversos talentos del niño, sino también su desarrollo interior y emocional. Esto creará dentro de ellos una base sólida para vivir una vida feliz, exitosa y significativa. El objetivo primordial es despertar en ellos el deseo de marcar una diferencia positiva en el mundo, a la vez que se les brinda una adecuada estructura que cultive las habilidades académicas. Para lograrlo, un sistema educativo debe presentar un currículo integrado que enseñe de forma experiencial, orgánica y lógica.



Mi experiencia trabajando con niños y siendo madre, me ha enseñado que a los niños les encanta la lógica. Pueden seguir las cosas que tienen sentido; les gusta explorar los “porqués”, y cuando se les incluye en el proceso son participantes activos en el despertar de su conocimiento interior. Es importante que los niños aprendan a entender con lógica la respuesta a la sencilla pregunta: “¿por qué ser bondadoso?”. Cuando la bondad se presenta a través de una exploración lógica, lo que emerge de forma natural es un sentido innato de empatía y generosidad. Quienes guiamos a los niños en este proceso de despertar debemos primero desarrollar estas cualidades de bondad y sabiduría en nosotros mismos. Al igual que con cualquier tipo de liderazgo, para poder llevar a una empresa o comunidad hacia un objetivo (y sobre todo uno altruista), quien lidera debe haber despertado en sí mismo las cualidades precisas que espera imbuir en su equipo y su cultura. El mensaje es claro: ¡liderar con el ejemplo es la más poderosa enseñanza!

Universal Mandala, con su modelo educativo, está dedicado a “ser el cambio que deseamos ver en el mundo”, transformando la cultura de la educación a través de despertar del Conocimiento, la Confianza y la Compasión. •