Sigue tu corazón
Por Jerry Brownstein
¿A que sería maravilloso tener una fuente de sabiduría que te diera las respuestas a todas tus preguntas vitales? Las respuestas perfectas para todo, desde las más grandes decisiones hasta las pequeñas dudas: ¿debería aceptar ese trabajo? ¿Me conviene esta persona? ¿Puedo confiar en ella? ¿Debería salir o quedarme en casa? En cualquier situación, tu camino hacia la felicidad estaría claramente señalado. ¿A que suena bien? Bueno, pues felicidades, porque cada uno de nosotros ya tiene un sistema de guía interno que está dispuesto a orientarnos en la dirección correcta. Algunos lo llaman nuestro yo más sabio, o nuestra alma, y habla con la sabiduría de nuestros corazones. Cuando elegimos escuchar sus mensajes, las puertas de la vida se abren de par en par. El reto al que nos enfrentamos todos es aprender a conectar de forma consistente con esta sabiduría basada en el corazón.
Cada situación en la vida te ofrece la oportunidad de elegir quién quieres ser en el mundo. Puedes o bien continuar con las viejas respuestas y reacciones de siempre, con las que se ha programado tu mente desde el nacimiento, o elegir seguir un camino más intuitivo. Este camino lleva a la sabiduría de tu corazón, que te guiará cuidadosamente hacia los pensamientos, las palabras y las acciones que reflejan la más alta visión de ti mismo. Albert Einstein lo explicó así: “La mente intuitiva es un regalo sagrado, y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo.” Recordamos el “regalo” cuando elegimos contestar a las preguntas de la vida siguiendo la intuición que emana de nuestros corazones. Al hacerlo, nos alineamos con sentimientos basados en el amor, como la alegría, la gratitud, la amabilidad y la compasión.
Todo esto suena muy sencillo, y de hecho lo es: se trata de tomar decisiones conscientes que estén en armonía con la sabiduría de tu corazón, para que tu brillo interior se vea reflejado en el mundo. Sí, es muy sencillo... pero no siempre tan fácil. De hecho puede suponer todo un reto, ya que la vida no siempre fluye mansamente y surgen situaciones en las que puedes sentir enfado, nervios, miedo o confusión. En estos momentos difíciles tus emociones pueden estar tan alteradas que lo último que quieres hacer es ponerte a buscar a tu guía interior. La única forma de encontrar la sabiduría de tu corazón en tales momentos estresantes es aprendiendo a desarrollar líneas de comunicación más fuertes entre tu mente consciente y tu sabiduría interna... entre tu cerebro y tu corazón. 
La forma de lograrlo es a través de prácticas que te enseñen a alcanzar tu quietud interna, ya que para encontrar la sabiduría de tu corazón debes primero atravesar el parloteo de tu mente.
Hay muchas maneras de encontrar esa paz en nuestro interior y lo que te siente bien a ti es tu camino perfecto. La meditación es la técnica clásica y funciona bien con ejercicios de respiración que te ayuden a viajar hacia adentro. Meditaciones dinámicas como el Yoga, el Chi Gong y el Tai Chi te conectan con tu presencia interior, trabajando a través del cuerpo y la respiración. Estar en la naturaleza es la manera más sencilla de fortalecer tu conexión con la sabiduría de tu corazón. Pasear por el campo, trabajar el huerto o sentarte bajo un árbol te permiten sentir la quietud que está siempre presente en la naturaleza, y a través de ese sentimiento puedes experimentar tu propia paz interior.
Por supuesto, el objetivo de todo esto no es pasar la vida sentado en la cima de una montaña en meditación silenciosa. La razón por la que es importante desarrollar una conexión fuerte entre el corazón y el cerebro es para poder acceder a esa sabiduría incluso cuando tomamos decisiones sobre cómo actuar en el mundo. Seguir a tu corazón significa crear tus pensamientos, palabras y acciones de forma intencionada para que sean un claro reflejo de la bellísima persona que eres en realidad. Significa no sólo hablar sobre ello, leer sobre ello o pensar sobre ello, sino realmente vivirlo.

Cada persona tiene un regalo único que ofrecer al mundo. Este regalo es nuestra hermosa luz interior, emergiendo plenamente y expresándose creativamente en todos los aspectos de nuestras vidas. Esto no solo hace que la vida sea más satisfactoria, sino que también nos convertimos en una inspiración para que otros nos sigan... manteniéndonos en el espacio y creando una vibración que hace que toda la humanidad se desarrolle hacia su más alto potencial. Así que, cuando te encuentres en una encrucijada en la vida, recuerda estas sencillas palabras:
“Es solo con el corazón con lo uno puede ver bien; lo esencial es invisible al ojo humano.”(“El Principito” de Antoine de Saint-Exupery)